domingo, 2 de marzo de 2008

DEBATE, ELECCIONES, ¿ESPAÑA?

Hoy lunes se la juega ZP. Esa es la afirmación que corre desbocada por muchas calles de las ciudades españolas. Yo creo que no. Creo, sinceramente, que el debate de hoy no resolverá nada. Vamos a tener delante el careto perfectamente maquillado de un candidato socialista que se desenvuelve muy bien en la superficialidad, y a un candidato de la derecha dispuesto otra vez a llamar mentiroso al actual inquilino de la Moncloa. En el primer debate el gallego acusó de mentir a ZP en varias oportunidades. Hizo muy bien, porque al mentiroso hay que llamarlo mentiroso y, a quienes mienten con él, mentirosos también. El PSOE en campaña es una máquina perfecta que miente, tergiversa y manipula. Las encuestas hablan de empate técnico. Bueno, casi todas las encuestas. En El País, en la SER, en La Cuatro, en La Sexta y en periódicos regionales con escaso o nulo interés informativo, ese empate se rompe a favor del socialismo más radicalizado de Europa. Los pocos medios que de verdad defienden a la derecha son incapaces de llegar tan lejos en la maniobrabilidad de la zafia mentira. Por un lado hay decencia, y por otro, un claro complejo ante la izquierda. ¿Quién es Zapatero? El actual presidente es el hombre que rompió las reglas del juego. Es el hombre que nos aisló en el exterior. Es el hombre que prefirió dejar de hablar con la Casa Blanca, para ponerse a dialogar con dictadores de medio mundo. Es el hombre que intentó que millones de españoles dejaran de creer en España como la casa común e indivisible, apostando por una patria sin bandera, sin cuerpo y sin alma, en la que se puede discutir la viabilidad de seguir estando en ella. Es el hombre que habló y negoció con ETA, calificando como hombre de paz a Otegui y tratando de tú a tú a los pistoleros y voceros de una banda de asesinos en nombre de la jodida y ficticia patria vasca. Es el hombre que ha dilapidado la mejor herencia económica que ningún otro gobierno había recibido en democracia. Es el hombre que quiere el laicismo, la satanización de la iglesia y el destierro de la familia. Es el hombre que llamó y abrió las puertas a los inmigrantes ilegales y todavía se atreve a calificar de xenófoba la política del PP en esta materia. Es el hombre, en definitiva, que hace gilipolleces con la ceja. La derecha española aún conserva muchos complejos ante una izquierda que apabulla cuando toca comunicar las excelencias del programa. Poco a poco se va desprendiendo de esas absurdas ataduras, pero en los tiempos que corren, lo deseable sería que esa derecha que hoy lidera Mariano Rajoy dejase de una vez por todas de pedir perdón por existir.
El 9 de marzo serán millones los españoles que se acercarán a las urnas para depositar el voto. Si gana el PSOE aceptaré la derrota de la derecha y felicitaré a todas esas personas que, legítimamente, apostaron por una ideología en la que no creo. Desearé lo mejor al nuevo gobierno y aguardaré con impaciencia las primeras decisiones que tome ZP. Si no hay mayorías absolutas, está muy claro que el nacionalismo catalán y vasco se frotará las manos. Y otra vez a volver a empezar. Mientras tanto, tengo miedo de que el socialismo no acepte la derrota. El 11, 12 y 13 de marzo de 2004 pasaron demasiadas cosas en este país que todavía hoy producen escalofríos. Aquel socialismo transformó España. A peor. Pero la transformó.

LORENZO DE ARA

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