viernes, 4 de julio de 2008

El PSOE y la Iglesia

A raíz de la manifestación, del 30 de Diciembre en Madrid, por la familia, es evidente que reina una seria preocupación en el PSOE. Los estrategas de Ferraz están dispuestos a movilizar a toda costa los sectores más radicales del partido y para ello han resucitado la "cuestión religiosa" en una campaña plagada de falsedades y mal estilo, mostrado ya durante la precampaña y la campaña electoral. Es notorio que no les sentó bien la concurrencia de una multitud de ciudadanos a un acto que se desarrolló en términos perfectamente acordes con la postura clásica de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia. En rigor, lo que más inquieta al Gobierno es que hay mucha gente -incluso en el seno de la izquierda- que no comparte las leyes presentadas por Zapatero como "conquistas sociales", ya se trate del matrimonio homosexual o del divorcio "Express", porque alteran el núcleo esencial de una institución como la familia, que goza del máximo reconocimiento y consideración. Es rigurosamente falso afirmar que existen discrepancias sobre este punto entre los prelados españoles, cuando el Papa y el conjunto de los obispos formulan al respecto una doctrina sin fisuras, que no depende de coyunturas concretas. Tal vez por eso el Gobierno pretendió interferir en las elecciones episcopales, lo que refleja una singular mentalidad intervencionista y una absoluta falta de respeto por las instituciones sociales. La Constitución, en su artículo 16, establece un sistema muy razonable de relaciones entre el Estado y las creencias religiosas, con una específica mención a la Iglesia católica. Lo que debe hacer el Gobierno es respetar el ámbito de cada uno, y no ejercer una censura intolerable sobre las opiniones ajenas cuando dicen cosas que mucha gente comparte pero que a ellos no les conviene escuchar.

Jesús Martínez Madrid

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