viernes, 21 de marzo de 2008

EL PERDEDOR NO MERECE BAJAR A LOS INFIERNOS

Mariano Rajoy perdió las elecciones. Ya lo tenemos claro. Y también tenemos claro que dentro del PP ha comenzado una de esas suculentas y divertidas guerras entre familias para saber quién ocupará el poder cuando al pobre gallego lo echen a patadas. Ya lo están echando. Los poderosos de la comunicación se han aburrido del hombre con barba y ponen en la carrera a otros corredores que, según ellos, son más veloces, más guapos y garantizan, por lo menos, un discurso más audible. Rajoy está solo. Por primera vez lo está. Se ha equivocado muchas veces. Ignoro las muchas veces que torpemente tropezó en la misma piedra.
Pero más de diez millones de españoles votaron por él para acabar con la insidiosa etapa de gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El ganador. Mariano está solo porque, otro error, no ha sabido acallar las voces de los falsamente todopoderosos. Ellos le han dejado tirado y ahora pasa frío. La derecha española está de nuevo tirada en la calle, a la espera de que la izquierda cometa un error. Siempre igual. La derecha detrás de la izquierda recogiendo los frutos a costa de un desliz de la progresía. Rajoy mereció el apoyo y la confianza de millones de españoles. También recibió a regañadientes el apoyo mediático de algunos pocos. La derecha en España tiene algo que la hace diferente a la del resto de Europa: es genuinamente carnívora. Recalco lo de genuinamente. Los gurús que apadrinaron a Rajoy hasta el domingo 9 de marzo se sienten legitimados para decirle que ya se le pasó el arroz; que ha llegado la hora de una sustitución. O sea; toca entierro. Pues yo, afiliado del PP, que no lo soy, no admitiría que los corta pelotas de la guerrilla mediática decidieran qué hacer con el gallego y a quién poner al frente del PP.Ojalá ese partido tuviera las agallas suficientes para democratizar sus estructuras. Sería un gran acierto. Tener el dedo del líder reservado para señalar hacia el futuro, y poca cosa más. Pero democratizar un partido no significa abrirlo en canal para que los medios poderosos diagnostiquen qué está pasando y certifiquen qué clase de intervención hay que practicar. No, eso no es democratizar, eso es un suicidio. La democracia en el PP sería enterrar la decisión unipersonal y apelar a la mayoría de los afiliados. Creo que más de setecientos mil en toda España. ¿Qué pintan? Nada.Rajoy perdió las elecciones y si se celebrasen mañana, las volvería a perder. Pero Rajoy merece más respeto que todas esas alimañas de la derecha que pretenden ser la conciencia del pueblo. Ni uno solo de los que ahora piden la cabeza del gallego están por encima de él. Rajoy aceptó ser una marioneta en manos de dos o tres brujos. Se equivocó. Pero en lo que no erró fue en defender España. Ha hecho más por esa defensa que quienes en el presente tienen hambre y quieren comer. Insaciables.

LORENZO DE ARA

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